Los expertos atribuyen
las causas de esta barbarie a la "combinación de la fuerte preferencia
por los hijos con el descenso de la natalidad y la expansión de las
tecnologías que permiten a los padres conocer el sexo de los hijos antes
de su nacimiento". El dato más alarmante corresponde a la región de
Europa y Asia Central -en concreto a los Balcanes occidentales y a las
repúblicas caucásicas-, no por su número, que sigue siendo bajo, sino
porque se ha duplicado, pasando de 7.000 en 1990 a 14.000 en 2008.
En el
plano laboral, 500 millones de mujeres se han incorporado a los
distintos puestos de trabajo desde la agricultura a la jefatura del
Estado y en 2008 suponían el 40% de total de la fuerza del trabajo,
aunque la ocupación por la mujer de puestos retribuidos en Oriente
Próximo y Norte de África sigue siendo muy deficitaria. Persisten
también fuertes diferencias salariales, con una media superior al 20%.
No. 73 - Primera quincena de Octubre 1995
El BM atenta contra los derechos de las mujeres
por
Michel Chossudovsky (*)
El Banco Mundial, auto-postulado defensor de los
derechos de la mujer, presentó dos informes en la IV Conferencia Mundial
de la Mujer. El autor analiza el impacto de las políticas del Banco
sobre la mujer, a partir de la premisa del BM de que el "mercado libre"
ampara el protagonismo y la conquista de espacios de poder por las
mujeres.
El Banco Mundial se ha convertido en el defensor de los
derechos de la mujer y sugiere a los gobiernos nacionales "invertir más
en la mujer para disminuir la desigualdad de género y alentar el
desarrollo económico". En la Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas
sobre la Mujer, realizada en Beijing, se presentaron dos informes del BM
titulados "Hacia la Igualdad de Género: El Papel de la Política
Pública" e "Igualdad de Género Avanzada: Del Concepto a la Acción".
"Corresponde al Banco promover la igualdad de género como materia de
justicia social, y reforzar la participación de la mujer en el
desarrollo económico.", sostiene el BM en el documento The Gender Issue
as Key to Development (Washington, HCO, 95/01, pág. 1).
A través de su programa Mujeres en Desarrollo (WID, en inglés) adoptado
en todo el mundo en desarrollo, el BM dicta normas básicas en materia de
política de género. Aconseja un enfoque del género "orientado al
mercado"; asigna un valor monetario a la igualdad de géneros: los
programas de la mujer deben estar concebidos de manera que guarden
relación con los "costos de oportunidad" y "eficiencia" de los derechos
de la mujer.
Si bien la institución financiera reconoce la posibilidad de una "falla
del mercado" (y por consiguiente la necesidad de la intervención del
Estado), sostiene que los "mercados libres" van en apoyo del
"empoderamiento (conquista de poder) de la mujer" y del logro de una
igualdad de género: "Es crucial que los gobiernos se hagan cargo allí
donde los mercados no logran captar todos los beneficios que la
inversión en la mujer apareja a la sociedad (...) Invertir en la mujer
es vital para lograr la eficiencia y el crecimiento económicos."
El BM quiere dictar las reglas
El Banco Mundial actúa como un custodio, determina los conceptos, las
categorías metodológicas y la base de datos utilizada para analizar los
temas de género. La "comunidad de donantes" controla el marco
institucional (a nivel de países), incluido el Departamento de la Mujer y
el Ministerio de Asuntos de la Mujer. Como el Banco Mundial constituye
la fuente principal de financiamientos, las organizaciones nacionales de
mujeres vinculadas al poder político con frecuencia avalarán la
perspectiva del Banco Mundial acerca del género. El objetivo principal
del Banco es desmovilizar el movimiento de mujeres y a la vez apoyar los
intereses de los acreedores internacionales.
Bajo la tutela de las instituciones financieras internacionales, el
"empoderamiento de la mujer" se hará a través de las habituales recetas
macroeconómicas: devaluación, austeridad fiscal, aplicación de tarifas
para el usuario en materia de salud y educación, eliminación gradual del
crédito de apoyo estatal, liberalización comercial, desreglamentación
de los mercados cerealeros, eliminación de las leyes que fijan un
salario mínimo, y otras por el estilo. En otras palabras, el apoyo de
los donantes a los programas para la mujer (a través de los proyectos
financiados por el WID) es incondicional, siempre y cuando medie la
derogación previa de los derechos de la mujer a través de una "adecuada
aceptación" de los condicionamientos del Banco Mundial y el FMI.
Condiciones de los préstamos
Por ejemplo, la aplicación de proyectos de crédito destinados a mujeres
rurales, en el marco de los programas de crédito a micro nivel del Banco
Mundial, invariablemente requiere la previa desreglamentación de las
instituciones financieras, drásticos aumentos de las tasas de interés y
eliminación de las cooperativas de crédito rurales. Lo mismo ocurre con
los "programas contra la pobreza", que están condicionados a la adopción
previa de medidas macroeconómicas que generan pobreza en gran escala.
Los "programas contra la pobreza", aplicados en el marco de las "redes
de seguridad social", están dirigidos a los llamados "grupos
vulnerables": "mujeres en inferioridad de condiciones, mujeres
indígenas, mujeres cabeza de hogar, refugiadas y emigradas, y mujeres
con discapacidad". Hay una negación de las causas estructurales de la
pobreza y del papel de las reformas macroeconómicas.
Otra área en la que el Banco Mundial ha intervenido es la concesión de
becas o subsidios a las jóvenes ("Letting Girls Learn") para financiar
los costos de matrícula de la escuela primaria y secundaria, incluidos
libros y material escolar. El apoyo del BM en este campo, sin embargo,
está condicionado al despido previo de maestros, a una importante
reducción del presupuesto destinado a la educación, a la adopción de
doble carga horaria para el maestro o maestra y a que éstos deban
atender simultáneamente diversos grados.
Los convenios de préstamos del Sector Educación del Banco Mundial exigen
especialmente al Ministerio de Educación del país en cuestión que
despida docentes y aumente el promedio de estudiantes por docente. La
aplicación de "cuotas para el alquiler de libros" y matrículas, también
conforme a las pautas del Banco Mundial, ha provocado una drástica
reducción de la inscripción escolar tanto femenina como masculina. La
atención del Banco Mundial está puesta en la implementación de programas
dirigidos a las jóvenes, que resulten eficaces en función del costo,
mientras aconseja al Estado que abandone su papel de financiador de la
educación primaria.
Impactos en la atención de salud
La recuperación de los costos y la aplicación de cuotas para el usuario
en el campo de la salud (también bajo la supervisión del Banco Mundial)
es otra forma de menoscabar los derechos de la mujer en materia de salud
reproductiva. Los programas de ajuste estructural han propiciado la
eliminación de los programas de salud materno-infantil, y los hechos
confirman un resurgimiento de la mortalidad materno-infantil.
En el Africa subsahariana se da una tendencia a la "pérdida de
profesionalismo" de los servicios de salud, que últimamente provocaron
una crisis en el área de la atención primaria. Los voluntarios de salud
locales y los curanderos tradicionales han reemplazado a las enfermeras.
Los ahorros del Departamento de Hacienda se destinan al pago de los
servicios de la deuda externa del país.
Según el Banco Mundial, "la atención informal de la salud" no sólo es
"eficaz en función del costo", sino que es más "democrática" debido a
que "empodera" (proporciona poder) a las comunidades locales en el
proceso de creación de centros de salud en los pueblos. Irónicamente, la
pérdida de profesionalismo de la atención primaria de la salud también
causó la interrupción de la recolección de datos sobre mortalidad y
morbilidad. En muchos países, los voluntarios de salud locales, en su
mayoría analfabetos, son responsables de juntar los datos sobre salud,
con el consiguiente efecto (y conveniencia) de bajar los índices de
mortalidad infantil registrados por los gobiernos y las organizaciones
internacionales.
La ONU avala de hecho al BM
El sistema de Naciones Unidas respalda tácitamente la agenda del FMI y
el Banco Mundial, incluso su perspectiva sobre el género. En el Plan de
Acción de Beijing no figura ninguna crítica general al marco de política
neoliberal. Lo que figura es una declaración de principios muy amplios
donde, al igual que en la Cumbre Social de Copenhague de 1995, se
eliminaron muchos de los puntos del documento oficial que figuraban
entre paréntesis (referidos a algunos de los temas más cruciales).
Como en conferencias anteriores, los organizadores de Naciones Unidas
mantuvieron una estructura de "apartheid físico" entre la Conferencia
"oficial" y el Foro de ONGs. El proceso oficial fue mantenido a buen
recaudo de las organizaciones de la sociedad civil, es decir,
organizaciones de mujeres de todo el mundo.
La perspectiva del Banco Mundial sobre el género está contenida en
diversas secciones de la Plataforma de Acción. Esta última propone la
creación de "un entorno favorable que permita a la mujer construir y
mantener estilos de vida sustentables", y reclama la evaluación del
"impacto de los programas de ajuste estructural sobre el desarrollo
social mediante evaluaciones del impacto social que tengan en cuenta el
género, y otros métodos pertinentes, para formular políticas tendientes a
reducir sus efectos negativos y mejorar su impacto positivo, asegurando
que la mujer no soporte una carga desmedida de los costos de
transición; y complementar los préstamos para ajuste con préstamos
ampliados destinados al desarrollo social". (párrafo 61). Lo anterior,
de hecho describe la práctica del Banco Mundial en materia de préstamos.
La Plataforma de Acción tácitamente legitima la agenda del Banco
Mundial, pues no cuestiona la validez de los programas de ajuste
estructural.
Además, dicha Plataforma concibe la "violencia contra la mujer" y "la
exclusión de la mujer de las instituciones de poder y gobierno" como las
causas principales de la desigualdad de género, exigiendo "una
transformación radical de la relación entre hombres y mujeres" (párrafo
19). El centro del conflicto social está desvirtuado: dentro del marco
de género del Banco Mundial, la condición social de la mujer depende en
gran medida de la relación del hombre y la mujer (como individuos)
dentro del hogar.
El "libre mercado" y los géneros
El marco del Banco Mundial supone una sociedad de mercado "libre"
compuesta de individuos de ambos sexos. En este contexto, la mujer se
identifica como perteneciente a una categoría social separada, distinta
de la del hombre (como si el hombre y la mujer pertenecieran a clases
sociales diferentes). En otras palabras, se concibe la confrontación
entre hombres y mujeres (como individuos) como la fuente principal de
conflicto social. La concentración de poder y la riqueza de las empresas
no tienen peso en el análisis de género. La modernidad y el
"empoderamiento de la mujer" a través del proceso de mercado son los
medios para lograr la igualdad de géneros.
De esta manera, el sistema mundial financiero y comercial queda fuera
del análisis; el papel de las instituciones mundiales (incluida la
Organización Mundial de Comercio y las instituciones de Bretton Woods)
no es una cuestión que motive un debate serio. Y sin embargo, este
sistema económico mundial (basado en la "mano de obra barata" y la
acumulación privada de riqueza) constituye en última instancia uno de
los mayores obstáculos para alcanzar la igualdad de géneros.
Al mismo tiempo, la visión neoliberal del género (bajo la tutela de los
"donantes") tiende a crear divisiones dentro de las sociedades
nacionales y a desmovilizar la lucha de mujeres y hombres contra el
modelo macroeconómico.
(Fuente: Red del Tercer Mundo)
(*) El autor es profesor de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ottawa.