Mª José Segarra. Fiscal general del Estado designada por Pedro Sánchez |
Esta es María José Segarra, fiscal general del Estado nombrada por el Gobierno de Pedro Sánchez. Por ahora se mantiene en la sombra...
Sin embargo, tienes derecho a saber esto:
Esta fiscal ha llegado a ese
cargo desde su puesto como fiscal jefe de Sevilla, donde precisamente ella fue
quien, hace ocho años, puso en marcha una acusación por prevaricación contra Francisco Serrano (actual líder de Vox en Andalucía), cuando este
ejercía como juez de Familia en Sevilla. Le acusó por haber prolongado
un día y medio (un día y medio) la estancia de un niño de 11 años con su padre (divorciado)
atendiendo la solicitud del propio niño que acudió a ver al juez junto a su abuelo el 30 de marzo de 2010 (martes santo) para asegurarse de que podría procesionar el jueves durante la Semana
Santa de ese año en Sevilla. La acusación de prevaricación se basó en que el juez no citó en audiencia a
la madre, que estaba incursa con el padre en un proceso de divorcio conflictivo... Este 'enorme atentado' (nótese la ironía) condujo a un largo proceso, terminado con una condena de inhabilitación como juez durante dos años por
prevaricación culposa dictada en el Tribunal Superior de Andalucía. Esa sentencia fue recurrida por las partes (ambas) y la condena ascendió a diez años (10 años) por prevaricación dolosa en el Tribunal Supremo, en julio de 2012.
Ante la condena del Tribunal Supremo, Serrano presentó en enero de 2013 un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y, años más tarde, en 2016, Francisco Serrano obtuvo en el Tribunal Constitucional la anulación de esa condena, si bien para la opinión pública afín al lobby feminista siempre ha quedado marcado como un juez condenado por "prevaricación", y ahí ha quedado la condena del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) por prevaricación "culposa" (no intencionada). El único juez de Europa condenado por prevaricación culposa (que exige que la resolución de ese juez sea incomprensible e indefendible racionalmente, mientras que, sin embargo, la condena en el TSJA tuvo un voto particular de uno de los magistrados que no consideró irracional la resolución de Serrano). Está pendiente de ser resuelto el recurso presetado por Serrano en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
El proceso penal que la fiscal Segarra puso en marcha (animada por las asociaciones del lobby feminista) en defensa de los intereses de la madre de ese niño (que no eran los intereses del niño), acabó con la carrera judicial de Francisco Serrano, que hasta entonces no había tenido penalización judicial alguna jamás (tras ser rehabilitado por el Constitucional volvió brevemente a la judicatura, que había sustituido por la abogacía, pero fue una vuelta solo simbólica y efímera, un modo de resarcir su dignidad). El periplo padecido por el juez Serrano muestra a las claras el enorme poder que una mujer tiene en España cuando va a los tribunales (respaldada por el lobby feminista). Ningún padre de familia podría siquiera soñar con lograr que la fiscalía pidiera abrir un proceso contra un juez que alargase día y medio la estancia de sus hijos con su madre alegando que ese juez no le ha llamado para darle audiencia... Si ningún padre puede siquiera soñar con que la fiscalía abra un proceso semejante, ya pueden imaginar la situación real que vivimos cuando les digo que finalmente el juez Serrano fue condenado por prevaricación por el Tribunal Superior de Andalucía y por el Supremo, y solo años después pudo lograr resarcirse en parte en el Tribunal Constitucional.
Pero si este caso es un ejemplo paradigmático del poder que se les ha dado a las mujeres en los contenciosos de familia, el caso es igualmente significativo para mostrar qué clase de actuaciones judiciales y de la fiscalía reciben el apoyo del PSOE cuando tiene poder para premiarlas. Repito: Pedro Sánchez ha ascendido con su dedo a los cielos de la fiscalía general del Estado a María José Segarra.
Ante la condena del Tribunal Supremo, Serrano presentó en enero de 2013 un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y, años más tarde, en 2016, Francisco Serrano obtuvo en el Tribunal Constitucional la anulación de esa condena, si bien para la opinión pública afín al lobby feminista siempre ha quedado marcado como un juez condenado por "prevaricación", y ahí ha quedado la condena del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) por prevaricación "culposa" (no intencionada). El único juez de Europa condenado por prevaricación culposa (que exige que la resolución de ese juez sea incomprensible e indefendible racionalmente, mientras que, sin embargo, la condena en el TSJA tuvo un voto particular de uno de los magistrados que no consideró irracional la resolución de Serrano). Está pendiente de ser resuelto el recurso presetado por Serrano en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
El proceso penal que la fiscal Segarra puso en marcha (animada por las asociaciones del lobby feminista) en defensa de los intereses de la madre de ese niño (que no eran los intereses del niño), acabó con la carrera judicial de Francisco Serrano, que hasta entonces no había tenido penalización judicial alguna jamás (tras ser rehabilitado por el Constitucional volvió brevemente a la judicatura, que había sustituido por la abogacía, pero fue una vuelta solo simbólica y efímera, un modo de resarcir su dignidad). El periplo padecido por el juez Serrano muestra a las claras el enorme poder que una mujer tiene en España cuando va a los tribunales (respaldada por el lobby feminista). Ningún padre de familia podría siquiera soñar con lograr que la fiscalía pidiera abrir un proceso contra un juez que alargase día y medio la estancia de sus hijos con su madre alegando que ese juez no le ha llamado para darle audiencia... Si ningún padre puede siquiera soñar con que la fiscalía abra un proceso semejante, ya pueden imaginar la situación real que vivimos cuando les digo que finalmente el juez Serrano fue condenado por prevaricación por el Tribunal Superior de Andalucía y por el Supremo, y solo años después pudo lograr resarcirse en parte en el Tribunal Constitucional.
Pero si este caso es un ejemplo paradigmático del poder que se les ha dado a las mujeres en los contenciosos de familia, el caso es igualmente significativo para mostrar qué clase de actuaciones judiciales y de la fiscalía reciben el apoyo del PSOE cuando tiene poder para premiarlas. Repito: Pedro Sánchez ha ascendido con su dedo a los cielos de la fiscalía general del Estado a María José Segarra.
La rueda de la Fortuna ha querido ahora que, gracias a Vox, hoy tengamos a los dos protagonistas de esta inaudita disputa bajo el foco central de la política andaluza. De hecho, en el centro de la política de
toda España. Porque si el PSOE y los partidos de izquierda son habituales defensores de las políticas propuestas por el lobby feminista "de género", la realidad muestra que también el PP, C's y otros se convierten en defensores de esas políticas en cuanto tocan el poder ejecutivo (central o autonómico) para gobernar y gestionar esos presupuestos millonarios... Ocurre que las subvenciones millonarias presupuestadas contra la violencia de género no tienen como destino habitual convertirse en ayudas a las víctimas, sino más bien sufragar los gastos de las organizaciones del lobby feminista que reciben esas subvenciones. Lógicamente, los partidos que gobiernan y gestionan el presupuesto no dejan de destinar dinero a las asociaciones del lobby feminista para acallar sus agresivas demandas, pero tampoco hacen ascos a destinar una parte a asociaciones 'amigas', es decir, a autofinanciarse. Por lo demás, es mucho el dinero que la Administración (central, autonómica o municipal) necesita en su presupuesto para dotar la inmensidad de cargos que los partidos políticos han creado 'supuestamente' para atender estos asuntos. Parece que Vox ha puesto en un serio aprieto a PP y C's...
Los medios de comunicación que sirven a los partidos políticos (sin excepciones) ya te han informado (o desinformado) acerca de lo "machista" que es Francisco Serrano (y Vox en general) por su oposición a las leyes "de género", en particular por sus críticas a la Ley contra la Violencia de Género. Sin embargo, nadie te ha dicho aún ni una palabra sobre María José Segarra, que representa la quintaesencia de la cara institucional de eso que Serrano denomina la "dictadura de género" a la que él se ha enfrentado.
No ha de tardar el momento en que Maria José Segarra salga de la sombra en la que se mantiene oculta... Mientras tanto, para que sepas de quién hablamos, dejo aquí un enlace sobre el papel de la fiscal Segarra en el juicio al que Serrano fue sometido.
Para tener más información sobre este asunto solo tienes que navegar por las entradas del blog, que hace mucho tiempo tenía abandonado y hoy he creído necesario abrir solo para añadir esta entrada.
Las disputas éticas y políticas necesitan del diálogo argumentativo. Lástima que la educación democrática brille por su ausencia y que uno sólo encuentre por todas partes grupos de presión que gritan y gritan haciendo imposible escuchar los argumentos que harían posible un acuerdo racional sobre lo que es JUSTO.