Así son las cosas si quien mata a una mujer es otra mujer:
- El crimen se produjo entre los días 24 y 25 de diciembre de 2011 en el domicilio de la pareja, ubicado en la calle Nueva Bellavista, cuando ambas mujeres mantenían relaciones sexuales, aprovechando la acusada la "prevalencia" sobre la víctima, a la que había atado las muñecas previamente, con lo que no podía "ni defenderse ni liberarse". Además, le ató un calcentín al cuello con un nudo y comenzó a tirar de sus extremos provocándole la asfixia, si bien finalmente le apretó con sus manos hasta causarle la muerte. Según la acusación, Amparo M. P. apretó el cuello de la víctima "a sabiendas de todo lo que hacía y aumentando el dolor que provocaba, pese a los intentos de resistencia de Rosario en la situación de indefensión que tenía". Tras cometer presuntamente el crimen, la procesada tapó a la víctima en la cama, "se aseó" y se marchó a las Tres Mil Viviendas, donde residen unos familiares suyos y donde fue finalmente detenida por la Policía Nacional.
En cuanto a la personalidad de la acusada, un forense especialista en psiquiatría señaló que aunque Amparo M. P. no tiene un trastorno mental, sí padece un “serio problema con las drogas”, además de que tiene una inteligencia “límite”, por lo que concluyó que "aunque su capacidad para comprender su acción estaba intacta, su voluntad se encontraba limitada". La justicia entiende que la asesina era consumidora habitual de drogas (nadie ha probado que estuviera drogada en el momento del asesinato) y con "inteligencia límite", de modo que, aunque no tiene trastorno mental de ninguna clase, sí se le concede el ineludible y correspondiente atenuante por "alteración de su capacidad psíquica", por supuesto... La fiscalía rebaja por ello su petición de condena a 15 años, pero saca pecho mencionando (con efecto desconocido) un agravante por "abuso de confianza" (la víctima dejó que su asesina la atase mientras tenían relaciones sexuales), con una terminología que suena a tomadura de pelo.
- En el juicio, que se ha desarrollado en tan sólo una hora –cuando la media de los jurados es de tres días-, la acusada se ha mostrado conforme con la acusación, reconociendo el asesinato que tuvo lugar en la Nochebuena de 2011, por lo que el fiscal y el abogado de la acusación particular han renunciado a la práctica de la declaración de los testigos.
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La mujer que mató a su compañera reconoce el crimen pero alega que actuó ebria y drogada
El fiscal y la acusación particular rebajan su petición de condena a 15 años de cárcel.
Amparo M. P., la mujer de 51 años que está acusada del asesinato de su compañera, Rosario N. P.,
de 53, ha reconocido este lunes ante el jurado popular que cometió el
crimen pero su defensa ha alegado que concurre una circunstancia atenuante porque la procesada es consumidora de alcohol y drogas desde que tenía 14 años.
En el juicio, que se ha desarrollado en tan sólo una hora –cuando la media de los jurados es de tres días-, la acusada se ha mostrado conforme con la acusación, reconociendo el asesinato que tuvo lugar en la Nochebuena de 2011 en un domicilio de Bellavista, por lo que el fiscal y el abogado de la acusación particular han renunciado a la práctica de la declaración de los testigos.
Tan sólo han declarado en el juicio los forenses que practicaron la autopsia del cadáver y realizaron el examen psiquiátrico de la procesada, destacando que la víctima murió asfixiada y que muerte tiene una “etiología homicida”. Según los forenses, lo más probable es que la agresora estuviese sentada sobre la víctima a horcajadas cuando fue asfixiada, lo que limitaba aún más la movilidad de la fallecida.
En cuanto a la personalidad de la acusada, otro forense especialista en psiquiatría señaló que aunque Amparo M. P. no tiene un trastorno mental, sí padece un “serio problema con las drogas”, además de que tiene una inteligencia “límite”, por lo que concluyó que aunque su capacidad para comprender su acción estaba intacta, su voluntad se encontraba limitada. El fiscal mantuvo que en el caso existe una circunstancia agravante de abuso de confianza, pero modificó sus conclusiones provisionales para apreciar una atenuante de alteración de su capacidad psíquica, por lo que rebajó de 18 a 15 años su petición de condena por asesinato.
El abogado de la acusación particular, Servando Meana, se adhirió a la petición del fiscal, rebajando su petición de 26 años y medio de cárcel, aunque reclamó además una indemnización de 20.000 euros para cada uno de los cuatro hermanos de la fallecida.El crimen se produjo entre los días 24 y 25 de diciembre de 2011 en el domicilio de la pareja, ubicado en la calle Nueva Bellavista, cuando ambas mujeres mantenían relaciones sexuales, aprovechando la acusada la "prevalencia" sobre la víctima, a la que había atado las muñecas previamente, con lo que no podía "ni defenderse ni liberarse". Además, le ató un calcentín al cuello con un nudo y comenzó a tirar de sus extremos provocándole la asfixia, si bien finalmente le apretó con sus manos hasta causarle la muerte. Según la acusación, Amparo M. P. apretó el cuello de la víctima "a sabiendas de todo lo que hacía y aumentando el dolor que provocaba, pese a los intentos de resistencia de Rosario en la situación de indefensión que tenía". Tras cometer presuntamente el crimen, la procesada tapó a la víctima en la cama, se aseó y se marchó a las Tres Mil Viviendas, donde residen unos familiares suyos y donde fue finalmente detenida por la Policía Nacional.
Algunos vecinos de la fallecida aseguraron que aquella Nochebuena estuvieron "todo el día peleando" y por la noche ya no volvieron a escucharse más gritos, lo que hizo pensar a los vecinos que se habían marchado de viaje. La voz de alarma la dio una sobrina de la víctima, aunque en el trabajo de Rosario la habían echado en falta desde hacía varios días. La acusada era consumidora habitual de alcohol, cocaína y heroína, y no presentaba una alteración de su capacidad intelectiva.
En el juicio, que se ha desarrollado en tan sólo una hora –cuando la media de los jurados es de tres días-, la acusada se ha mostrado conforme con la acusación, reconociendo el asesinato que tuvo lugar en la Nochebuena de 2011 en un domicilio de Bellavista, por lo que el fiscal y el abogado de la acusación particular han renunciado a la práctica de la declaración de los testigos.
Tan sólo han declarado en el juicio los forenses que practicaron la autopsia del cadáver y realizaron el examen psiquiátrico de la procesada, destacando que la víctima murió asfixiada y que muerte tiene una “etiología homicida”. Según los forenses, lo más probable es que la agresora estuviese sentada sobre la víctima a horcajadas cuando fue asfixiada, lo que limitaba aún más la movilidad de la fallecida.
En cuanto a la personalidad de la acusada, otro forense especialista en psiquiatría señaló que aunque Amparo M. P. no tiene un trastorno mental, sí padece un “serio problema con las drogas”, además de que tiene una inteligencia “límite”, por lo que concluyó que aunque su capacidad para comprender su acción estaba intacta, su voluntad se encontraba limitada. El fiscal mantuvo que en el caso existe una circunstancia agravante de abuso de confianza, pero modificó sus conclusiones provisionales para apreciar una atenuante de alteración de su capacidad psíquica, por lo que rebajó de 18 a 15 años su petición de condena por asesinato.
El abogado de la acusación particular, Servando Meana, se adhirió a la petición del fiscal, rebajando su petición de 26 años y medio de cárcel, aunque reclamó además una indemnización de 20.000 euros para cada uno de los cuatro hermanos de la fallecida.El crimen se produjo entre los días 24 y 25 de diciembre de 2011 en el domicilio de la pareja, ubicado en la calle Nueva Bellavista, cuando ambas mujeres mantenían relaciones sexuales, aprovechando la acusada la "prevalencia" sobre la víctima, a la que había atado las muñecas previamente, con lo que no podía "ni defenderse ni liberarse". Además, le ató un calcentín al cuello con un nudo y comenzó a tirar de sus extremos provocándole la asfixia, si bien finalmente le apretó con sus manos hasta causarle la muerte. Según la acusación, Amparo M. P. apretó el cuello de la víctima "a sabiendas de todo lo que hacía y aumentando el dolor que provocaba, pese a los intentos de resistencia de Rosario en la situación de indefensión que tenía". Tras cometer presuntamente el crimen, la procesada tapó a la víctima en la cama, se aseó y se marchó a las Tres Mil Viviendas, donde residen unos familiares suyos y donde fue finalmente detenida por la Policía Nacional.
Algunos vecinos de la fallecida aseguraron que aquella Nochebuena estuvieron "todo el día peleando" y por la noche ya no volvieron a escucharse más gritos, lo que hizo pensar a los vecinos que se habían marchado de viaje. La voz de alarma la dio una sobrina de la víctima, aunque en el trabajo de Rosario la habían echado en falta desde hacía varios días. La acusada era consumidora habitual de alcohol, cocaína y heroína, y no presentaba una alteración de su capacidad intelectiva.
Fuente: http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/1498014/la/mujer/mato/su/companera/reconoce/crimen/pero/alega/actuo/ebria/y/drogada.html
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