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martes, 1 de marzo de 2011

El Gobierno MANIPULA y miente. Los científicos dicen que "el SAP está descrito y es útil"






CONSIDERACIONES EN TORNO A LA PERTINENCIA DEL SÍNDROME DE ALIENACIÓN PARENTAL (SAP) EN LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

 


Comunicado de la Coordinadora de Psicología Jurídica del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de España
 18/06/2008


Por parte de la Coordinadora de Psicología Jurídica del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de España, deseamos avalar la conveniencia del análisis de la problemática que se conoce como Síndrome de Alienación Parental en la evaluación psicológica, tanto dentro del ámbito forense del derecho de familia, como de otros relacionados. Los investigadores y los psicólogos muestran gran consenso al considerarlo como una alteración cognitiva, conductual y emocional, en la que el niño desprecia y critica a uno de sus progenitores. Esta conducta y actitud de rechazo y minusvaloración, es injustificada o responde a una clara exageración de supuestos defectos del progenitor rechazado. Para hablar de este síndrome, debe descartarse por completo la existencia de cualquier forma de maltrato o negligencia en los cuidados del niño, asegurándose de que las críticas no se refieran a conductas o actitudes reprochables por parte del familiar rechazado. Como todo avance científico y profesional, está sujeto a continua revisión, pero no puede ser negado "a priori", cuando existe literatura científica y actividad profesional que lo describe, y reconoce su utilidad.


Este documento, publicado apenas un mes DESPUÉS de que el Presidente Zapatero firmase de su puño y letra una carta prestando su apoyo a una madre afectada por el SAP, debería ser suficiente para que el propio Presidente (que se ha desdicho de lo firmado) y todo su Gobierno, con la Ministra Leire Pajín y su antecesora en el cargo, la Secretaria de Estado Bibiana Aído, así como el Delegado del Gobierno para la Violencia de Género (Miguel Lorente Acosta) al frente, presentasen su dimisión inmediata. ¿Cómo pueden aparecer ante la ciudadanía unos gobernantes que se hacen pasar por científicos sosteniendo tesis que son contradichas de forma INAPELABLE por la autoridad científica en la materia? Eso se llama mentir. ¿O qué es mentir entonces? En terminología política se llama manipular a la opinión pública. No sé si es delictivo... Pero debería serlo.
La Comisión Deontológica del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid expresó en un comunicado en septiembre de 2005 "la obligación [por parte de todos los profesionales cualificados de la salud o de la Administración de Justicia] de denunciar los diferentes casos en los que se pueda pensar o intuir la existencia de un maltrato institucional"... Y esto parece que es lo que está ocurriendo, pues es a quienes debieran denunciar esta situación a quienes el Estado (el Gobierno y el CGPJ) está presionando para negar el SAP, sobre el que el Colegio de Médicos madrileño señaló en ese mismo comunicado que, en cumplimiento de su código deontológico, siempre defenderá al ciudadano que denuncie tal maltrato al menor.
Así, pues, ¿que "el SAP no existe"?  ¿Que como consecuencia de su no existencia no debe ser tenido en consideración por parte de los jueces? ¿Que qué...? Eso es lo que el Gobierno trasladó a la opinión pública apoyado en el informe "científico" sobre el SAP (coordinado por Ana Mª Pérez del Campo...!!!!!!!!!) que se incluye en el CAPÍTULO II (pág. 371) del III Informe Anual del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer. Para comprobar que un Gobierno que nombra a Ana María Pérez del Campo para coordinar un "informe científico" no es un Gobierno serio ni promueve un informe "científico" serio, echa un vistazo a este enlace: es una de tantas entrevistas a la señora Pérez del Campo publicadas en prensa. Pura ideología feminista. Un discurso interesado hasta el extremo y sin rigor alguno. Ana María Pérez del Campo ya se había significado contra el SAP en 2009, cuando el extinto Ministerio de "Igualdad" decidió iniciar el "asalto" en favor del feminismo radical en el que esa señora milita.
El Gobierno no se ha limitado en 2011 a publicar un informe sesgado y sectario sobre el SAP. Desde el Ministerio de Justicia se ha establecido en septiembre un protocolo para la violencia de género en el que se da a los médicos forenses las competencias de valoración que deben corresponder a psicólogos. Así lo denuncia del Colegio Oficial de Psicólogos (COP) y la Sociedad Española de Psicología Jurídica y Forense /SEPJF) -pincha-. ¿Qué explicación tiene eso?


En el informe del Gobierno coordinado por la señora Pérez del Campo se hacen constantes citas de Gardner (investigador del SAP) de este estilo (página 406):


«En mi libro de 1992 sobre el supuesto SAP, describí lo que consideraba ser los factores etiológicos que eran operativos y delineé los pasos por los cuales estos factores contribuían al desarrollo del desorden. Otros examinadores también han descrito los mismos factores etiológicos y mecanismos patógenos. Por consiguiente, considero a eso ser una buena justificación para mi conclusión que el nivel 3 se ha alcanzado»111.


Sin embargo, como es OBVIO, lo que Gardner dice es esto otro:


"In my 1992 book on the PAS, I described what I considered to be the etiological factors that were operative and delineated the steps by which these factors contributed to the development of the disorder. Other examiners as well have described the same etiological factors and pathogenic mechanisms. Accordingly, I consider there to be good justification for my conclusion that Level 3 has been reached".


Hay una SUTIL diferencia, y es que Gardner, como es lógico, no llama al SAP "supuesto SAP". Para llamar "supuesto SAP" al SAP incluso en las citas de Gardner hace falta estar preso de un pensamiento enfermizo, morboso, o acaso prisionero de una consigna, o de una orden...


Cuando alguien, acaso el psiquiatra Antonio Escudero Nafs (encargado de ese apartado del "informe"), hace un análisis desde esa clase de mentalidad prejuiciosa y sin los más elementales límites, no es raro que haga el ridículo. Y eso es lo que les ocurre a los autores del informe del Gobierno cuando afirman lo siguiente: "El «Síndrome de Alienación Parental» de igual forma se alimenta del mito de la denuncia falsa. Mito que se transforma en afirmación categórica y finalmente en premisa de partida del propio “síndrome” (es decir, como proposición ya dada, axiomática): toda mujer que denuncie es falsa por naturaleza y su testimonio falso" (página 381).


Es decir, que quienes afirman que muchas mujeres denuncian en falso aprovechando las ventajas que les otorga la Ley Integral de Violencia de Género, acaban diciendo que "toda mujer que denuncie es falsa por naturaleza y su testimonio falso" (¿se les ha ido la olla a los autores del informe?). Y esta "premisa" sería la que permite afirmar a quienes hablan de SAP que existen casos de hijos que rechazan a un progenitor (generalmente el padre) inducidos por el otro progenitor (generalmente la madre) pero sin motivos objetivos para ello. Francamente, para que existan estos casos, es decir, para que exista el SAP, es INNECESARIA esa supuesta "premisa" tan epatante como ridícula... Basta la existencia de la capacidad humana para mentir y manipular, en un contexto de realidad estadística en el que las madres son quienes suelen tener las custodias, y a lo que se ha sumado una ley sexista como la Ley Integral de Violencia de Género. Con eso, sobra para explicar el SAP y que las acusadas suelan ser mujeres. La apelación a una naturaleza femenina falsaria es una memez, con perdón, y la alusión a una universalidad de la falsedad de las denuncias es otra. Lo que hace dos memeces. La lógica, evidentemente, no es su fuerte... Más bien lo son el prejuicio ideológico más sinvergüenza y una voluntad de manipulación evidente.


Pero dejemos a un lado estas burdas maniobras manipuladoras y vayamos al meollo del asunto. La tesis del informe del Gobierno se apoya esencialmente en que existe una argumentación circular en torno al SAP ("supuesto SAP", como se denomina constantemente). Se argumenta así:


"El elemento del supuesto SAP que mejor representa y materializa un argumento circular lo constituye el «diagnóstico diferencial»
Existen pues dos tipos de diagnóstico: El primer diagnóstico, a la vez que detecta el «adoctrinamiento» en el niño, diagnostica al progenitor «alienador» de forma prácticamente automática, pues ésta es su conclusión lógica.
El segundo diagnóstico se basa en dos fuentes de información:
  1. El propio expediente judicial (que ahora tendrá prácticamente un tratamiento de expediente clínico).
  2. Y sobre todo en base a las reacciones a posteriori del progenitor y del niño ya diagnosticados, y que tienen lugar conforme se van ejecutando las acciones judiciales reflejadas en la sentencia. De esta forma, toda reacción entendida como no razonable será diagnosticada (dentro del paradigma que los considera ya “progenitor y niño supuesto SAP”) como síntoma adicional del supuesto SAP y sobre todo, señal de agravamiento sintomático." (pág. 416). 
(...) "Es aquí donde la premisa de Gardner: «La Negación del supuesto SAP es la Defensa Primaria del Alienador», cobrará una importancia especial. Dicha premisa constituye una falacia argumentativa denominada desplazar el peso de la prueba. Ésta consiste en «hacer un intento por lograr que sea el retador quien comience por probar por qué el punto de vista que él ha puesto en duda es incorrecto". (pág. 417-418). (...) "Esto fuerza al interpelado (definido ya en la premisa como alienador) a una paradoja (falacia): demostrar la inexistencia del supuesto SAP, o de su supuesto SAP. Pero en virtud del pensamiento circular, en cuyo «círculo vicioso la conclusión ya ha aparecido tempranamente en el argumento», cualquier intento del progenitor diagnosticado de actuar legalmente o de probar la inexistencia de su supuesto SAP habla de su condición de alienador" (pág. 418). 
Pues bien, los autores del informe pasan por alto lo esencial, y es que hablamos de un hijo y  uno de sus progenitores. Es decir, que la relación entre ambos ha de considerarse en principio (normalmente) cercana y no indiferente o de rechazo. Y siendo así las cosas, es el progenitor rechazado (generalmente el padre) quien plantea públicamente la cuestión: "¿por qué?". Es sobre el menor y sobre el progenitor que le apoya (generalmente, aunque no siempre, la madre), sobre quienes recae el peso de la prueba, y si consiguen  presentar pruebas de las acusaciones que se realicen sobre ese progenitor, la pregunta estará respondida. Pero si no hay pruebas y, además, las razones que se esgrimen no son verosímiles, la pregunta queda sin respuesta. ¿Acaso es una respuesta dejar que el tiempo transcurra sin más? Es entonces cuando, ante la indefensión del acusado y rechazado progenitor, aparece la explicación del SAP. Tanto en los casos de progenitores que apoyen a su hijo en la acusación sin dar pruebas y resultando poco creíbles sus razones, como en aquellos casos en que el progenitor "alienador" se inhiba como si fuera un mero espectador del conflicto entre su hijo y el otro progenitor, ambos pueden ser acusados de favorecer un "Síndrome de Alienación Parental" (SAP) en su hijo. Y no pueden pretender desplazar la carga de la prueba hacia el progenitor acusado, que debiera probar sus maniobras, pues es precisamente su falta de colaboración para la resolución del conflicto lo que les incrimina. El progenitor que debe probar algo aquí es el que acusa (o apoya al hijo desde la "inhibición") al progenitor rechazado, pues es aquél (aquélla, si hablamos de la madre) quien ha sido interpelada. Por eso es perfectamente plausible la "terapia de la amenaza", porque cabe exigir una actitud de colaboración en la resolución del conflicto so pena de perder la custodia, y no es admisible una continuada e inverosímil acusación ni una actitud de inhibición que prolonguen indefinidamente un conflicto que no se ha justificado.
Cualquier prueba añadida, en el sentido de asentar que existe una actividad voluntaria por parte del progenitor alienador para romper los lazos que unen a su hijo con el otro progenitor (y también, acaso, con la familia de éste), no irá encaminada ya a justificar un cambio de custodia (suficientemente fundamentado), sino, claro está, a probar que se ha producido un delito de malos tratos y, por consiguiente, a justificar la pena prevista en el código penal. Por cierto, ninguna persona, ni mujer ni varón, de las que han perdido la custodia tras una acusación por provocar SAP, ha sido acusada nunca en España del delito de malos tratos ni ha tenido como consecuencia una pena (salvo en casos de flagrante secuestro). Algo que resulta inadmisible en los casos en que se ha probado esa actividad voluntaria, obstruccionista e injustificada de modo palmario. El cambio de custodia ha sido la única medida tomada. A menudo, claramente insuficiente.

En realidad, la existencia de alienaciones parentales está hoy fuera de todo debate entre la comunidad científica, como afirma el Dr. Richard Warshak en la exposición incluida en este enlace (pincha). Son las alienaciones parentales las que deben ser perseguidas por la justicia, con independencia de si esas alienaciones constituyen un "síndrome" reconocido como tal por los organismos correspondientes. En el mismo enlace puedes ver más de 100 ejemplos de actos que pueden contribuir a esa clase de alienaciones y que he incluido ahí para ilustrar de qué estamos hablando. Por último, no dejes de ver el vídeo que he incluido también en ese enlace.

Debe estar perfectamente claro que existen criterios para distinguir el diagnóstico de un menor que rechaza a un progenitor por haber sido alienado del diagnóstico de un menor cuyo rechazo expresa un maltrato real (pincha).


Cada minuto que pasa sin que un representante del Gobierno dé una respuesta a la contradicción que está sobre la mesa es un minuto de escarnio, de ultraje y de abuso hacia las víctimas del SAP, a quienes sí reconoce el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Pero no es sólo el Poder Ejecutivo quien se ha sometido a los dogmas (falsos) del feminismo radical. También el Poder Legislativo (Ley de Violencia de Género) y el Poder Judicial (CGPJ). En este enlace puedes comprobar esto último, así como el uso que el femifascismo español hace de su poder TOTALITARIO en asuntos de SAP.


¿Cómo podríamos explicar este fanatismo negacionista del SAP por parte del feminismo radical? Veamos dos hipótesis explicativas (pincha). La situación actual, teniendo en cuenta que todos los poderes del Estado están a sus pies, es que del negacionismo parecen decididas a pasar al prohibicionismo (pincha).

Pero resulta una satisfacción intelectual encontrar argumentos con los que mirar al frente con la cabeza muy alta (pincha). No recomiendo a los negacionistas leer en profundidad los comentarios (los comentarios, no el post) del ese enlace... Podrían morirse de vergüenza, si la tuvieran. 

sábado, 18 de septiembre de 2010

Cuando hablan los científicos y callan las sectas: el SAP existe y es muy grave

Jose Manuel Aguilar, Tenemos que hablar. Subtítulo: Cómo evitar los daños del divorcio. Ed. Taurus: Madrid, 2008.

Pero claro, dos no hablan si uno no quiere; si uno prefiere el conflicto...

A continuación expongo algunos fragmentos del libro de José Manuel Aguilar (no siempre de forma literal), de máxima relevancia y actualidad:

La ganancia adicional que el custodio de los hijos adquiere es el uso de la vivienda, la pensión para la manutención del hijo (sin dar cuenta de cómo la gasta) y, en ocasiones, una pensión compensatoria. Pero hay otras ganancias intangibles que muchos buscan (pese al daño a sus hijos): venganza, resarcir la herida narcisista. Estas acciones son, en la inmensa mayoría de los casos, daños asumidos, que incluso se califican de coste soportable, de secuelas lógicas e inevitables del divorcio. 

A esas afirmaciones de Jose Manuel Aguilar hay que añadir que, ante este sufrimiento de adultos y menores, las sentencias de los juzgados son casi siempre ciegas, sobre todo desde que el CGPJ, haciéndose eco del deseo del Ministerio de Igualdad, así lo ha determinado. Los discursos del feminismo (en el PODER) son cómplices necesarios, pues, de estos delitos... Pagarán por ello!!

Desde los estudios más clásicos de Wallerstein hasta los de Kelly o Lund, la Psicología ha señalado las alianzas patológicas de los niños con un progenitor contra el otro. Esta situación puede llegar a ser extrema, cuando en los menores se encuentra un SAP. 

Como sabe Jose Manuel Aguilar, el Gobierno español niega la existencia del SAP: ignorante y cómplice de delincuentes.

Podemos afirmar que un modelo de comportamiento patológico desplegado por los progenitores, al utilizar cualquier estrategia para sus objetivos, tendrá consecuencias graves en el futuro de los menores. La manera en que este tipo de MALTRATO se lleva a cabo es en forma de aprendizajes erróneos, a través de modelos y estrategias patológicas, o bien por un déficit formativo causado por educaciones desajustadas o permisivas. No se trata de negligencia, sino de cuidados incorrectos, patológicos. Habrá secuelas emocionales. Pero sería un error creer que las secuelas serán sólo emocionales. El menor crecerá con grandes déficits formativos, que priman su instrumentalización antes que su construcción como persona. Llegará a la adolescencia con un bajo nivel de logro (por falta de esfuerzo), lo que limitará sus aspiraciones profesionales y de calidad de vida; y llegará además sin estrategias para superar la frustración. Será un adulto consentido, acostumbrado a que sus deseos sean satisfechos de inmediato; y sumiso, pues ha tenido que mostrar siempre su amor incondicional a uno de los padres para enfrentarse al otro. No sabrá decir no, porque no se le ha permitido. En las relaciones sociales, aprenden que la manipulación, la coacción y la violencia forman parte legítima de las relaciones interpersonales: "los demás te sirven", "tú eres lo primero", "te puedes burlar de la justicia", "la violencia sirve". 

Es difícil definir un prototipo de sujeto que, tras el divorcio, tenga tendencia al conflicto, a la denuncia. Pero hay ciertos rasgos narcisistas: la suspicacia, la inclinación a la sospecha, y la dificultad para establecer lazos de confianza. Rigidez intelectual (no ven alternativas a su punto de vista). Baja autoestima. El sujeto reconoce esa insuficiencia, aunque no será capaz de asumirla ni de enfrentarse a ella. Buscará en el conflicto una forma de justificación de sus carencias, de sus debilidades y miserias.

El sujeto narcisista (suspicaz, con baja autoestima) entra en la creencia de que debe defenderse del otro. Lo "sabe". Comienza entonces a valorar el mundo conforme a ello, cometiendo los "errores" de evaluación que sean útiles a su creencia. E iniciando la misión de convencer a quienes le rodean. Las creencias que elabora se convierten en el sostén fundamental de su equilibrio interno y definen la forma en que se relaciona con el exterior. No inventará hechos tanto como los interpretará a su conveniencia, deformando la realidad. Dividirá a las personas entre aquellos que le "apoyan" y aquellos que le "agreden". Los primeros le serán ÚTILES, los demás forman el segundo grupo, son agresores, aunque sólo traten de que entre en razones.

Existen muchas formas de maltratar a los hijos tras el divorcio. Se les usa como "mensajeros" ("dice mamá que me compres unas zapatillas nuevas", "dice papá que el domingo vaya dos horas antes: es el bautizo del primo"). A veces él ha de decidir si da el mensaje: "Como tu padre te traiga tarde otra vez, el domingo no vas". Con más frecuencia de la imaginada se les usa como "terapeutas". El progenitor les cuenta sus miedos, sus frustraciones, el trabajo y el cansancio por su cuidado en solitario... En el extremo está quien le cuenta que ha sacrificado su carrera profesional u otras aspiraciones por cuidarles... El niño asume la CULPA ante ese progenitor victimista. A veces los hijos son "espías". Su misión es informar sobre la vida del otro y averiguar si tiene nueva pareja, cómo le van los negocios o si pretende iniciar un nuevo procedimiento judicial. A veces, por contra, se les coacciona para ocultar información o, incluso, para mentir al otro progenitor: "no le digas esto o aquello, porque se enfadaría". 

Todas esas situaciones tienen un pago en la salud psicológica y física de los hijos. Problemas de sueño, conductas disruptivas, dolores de cabeza, descomposición de estómago, dolor abdominal y agudización de problemas respiratorios previos. Al tiempo, los profesionales y pediatras han de estar atentos frente a progenitores que quieran usar esos síntomas para obstaculizar la relación con el otro progenitor. El pediatra ha de distinguir lo que observa que le pasa al niño de lo que le cuentan que le pasa al niño.

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) es una alteración de la conducta del menor, resultado del proceso por el que un progenitor transforma la conciencia de sus hijos para destruir los vínculos con el otro progenitor, hasta lograr que no desee tener contacto con él. A largo plazo, las consecuencias son muy serias. 

Los adultos que sufrieron SAP presentan, entre otras secuelas, diagnósticos de ansiedad y depresión durante gran parte de su vida adulta, historias personales de fracaso en sus relaciones sociales, especialmente en la pareja, con alta probabilidad de repetición del modelo de crianza que padecieron. En el caso de las mujeres (y tb de los varones) que padecieron SAP en la infancia, muchas buscan relaciones en las que son sumisas, lo que aumenta la probabilidad de padecer violencia familiar. 

Se trata de un proceso psicológico que va elaborándose en el tiempo. En su fase leve, puede resolverse con la intervención con la familia, un tratamiento psicológico familiar, de modo que entiendan que ambos progenitores son importantes en la vida de su hijo y se propicien las condiciones para que ambos miembros puedan ejercer sus funciones con garantías

En las fases moderada y severa la única respuesta que ha dado resultados ha sido el cambio de custodia del menor, que pasa entonces al otro progenitor. LA EXPERIENCIA NOS HA DEMOSTRADO que las consecuencias son muy positivas para estos niños, y se presentan desde el mismo instante del cambio de custodia, debido a la liberación que sienten del acoso psicológico al que han estado sometidos.

Las personas que maltratan a sus ex parejas y a sus propios hijos de este modo, sin embargo, cuentan con el apoyo del feminismo totalitario español y con ingentes cantidades de dinero en forma de subvenciones para sus asociaciones, desde las que propalan la falsa doctrina (asumida por el Ministerio de Igualdad) que afirma que "el SAP no existe", y que se trata sólo de una invención aducida por maltratadores de mujeres. Un modo estúpido de afirmar que hay maltratadores que denuncian SAP falsamente, algo que es indudable. Pero ese modo estúpido de hacer esta reclamación (negando que existan casos de SAP) convierte a quienes la hacen en cómplices de las personas que cometen delitos de maltrato muy graves contra nuestros hijos. La gravedad de tales actos es algo que el propio presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero, le reconoce a una mujer que le escribió para pedir su ayuda frente al SAP. Curioso que esta firma y el documento que la contiene se hayan retirado de la circulación pública en la medida de lo posible...