sábado, 29 de septiembre de 2012

EL PAÍS mete 'una pata' difamando a UPyD y a Toni Cantó

Patricia Ortega Dolz. Reportera de EL PAÍS

Esta re-portera dicharachera, pagada por EL PAÍS para difamar a UPyD en general (le aclaro que los seguidores de Rosa Díez en facebook no son "32", sino 32.000, y bastante más activos que los 338 amigos de la re-portera) y a Toni Cantó en particular, se despacha afirmando hoy respecto a éste, entre otras memeces, lo siguiente: 
  • "Hoy forma parte de la comisión de Seguridad Vial y pelea desde su escaño por la custodia compartida, aun a costa de ser acusado de “maltratador” por algunas de las integrantes de la comisión de igualdad, donde es el único varón (con v). Además, trata de conciliar el trabajo con los fines de semana alternos que le tocan sus dos niños (de nueve y seis años): “Intento, con mucha paciencia, que ellas [sus ex] se pongan de acuerdo para que coin­cidan ambos”".

O sea, esta re-portera manipula la información cuando apunta que Toni Cantó "forma parte de la Comisión de Seguridad Vial" -un tema, el de la seguridad vial, tratado al estilo feminista español por la señora Ortega en pasadas entregas de EL PAÍS, y acerca del que ella escribió varios artículos cuando perdió todos los puntos de su carnet- (para ver otros artículos de doña Patricia en EL PAÍS pincha aquí). La señora Ortega destaca ese cargo de Toni Cantó dentro de la comisión de Seguridad Vial sólo para empequeñecer su tarea en el Congreso, obviamente, y oculta (aunque luego se ve obligada a mencionarlo) que, como mínimo, Cantó forma parte también (entre otras) de la Comisión de Igualdad... Vaya, qué rápido se ponen en evidencia los manipuladores ellos solitos, eh... Es que no puede pretender engañar a los demás quien tiene menos luces que un pato (o que una pata). Y EL PAÍS, en esta ocasión, para difamar a Toni Cantó ha metido la pata. Una pata que no encuentra motivo para hacer comentario alguno respecto a que Cantó sea "el único varón (con v) en la Comisión de Igualdad" ni respecto a que sea "acusado de maltratador" por las feminazis, incluso desde dentro del Congreso, simplemente por luchar en favor de una ley de custodia compartida. ¡Olé tu hígado de pata!, Paty.
("Foie gras: hígado hipertrofiado de pato sobrealimentado. Estas aves disponen de una capacidad natural para acumular grasa en el hígado, sin enfermar, que posteriormente utilizan para sus largas migraciones". A Shangai, por ejemplo, se nos fue Paty la pata una temporada).


Cómo el diputado Toni Cantó se convirtió en 'barón de la Albufera'

La reencarnación política del actor ha quintuplicado su estrellato en las redes sociales

Es pasto de bromas y motes, incluso en su propio partido, UPyD, que hoy cumple cinco años

Le acompañamos en el Congreso durante la jornada de protestas del 25-S


Borró dos recuerdos de su memoria. Los dos han marcado su vida. Uno fue aquel dibujo que hizo con seis años en el que pintó la puerta de un camerino con una plaquita con su nombre. El otro, el día que en su colegio de Valencia le tocó hacer de portavoz en uno de esos debates que dividen la clase en dos. Cuando su familia dio por supuesto que, como su padre, iba para médico, la imagen de aquel dibujo infantil volvió a su memoria, y Toni Cantó soltó: “Me voy a Madrid, voy a ser actor”. Era el mayor de cuatro hermanos y con 19 años se marchó. Casi dos décadas después, tuvo otro flash que le devolvió a aquella aula de la niñez: “Una vez quise ser político y lo olvidé”. Y se presentó a las primarias de UPyD (Unión Progreso y Democracia). Son las dos veces que ha querido ser protagonista de su propia historia. Y las dos en que más solo ha estado: “Estás loco, no lo hagas”, le dijeron todos. No hizo caso. Hoy es actor y diputado.
Son las dos facetas de un hombre guapo, que se sabe guapo, afincado en Torrelodones (Madrid). Dos caras que conviven en el mote con el que le han bautizado los de Upa dance —así conocen a UPyD en la Cámara Baja, en referencia a la serie Un paso adelante, por ir siempre juntos a todas partes—. Para ellos, Toni Cantó es El barón de la Albufera, “porque se metió en la política para follar”, contaban entre carcajadas el pasado martes a la hora de la comida 8 de los 13 jóvenes miembros que esta fuerza política tiene en el Congreso. La media de edad ronda los 30 años. “Sí, para follarse al bipartidismo”, continuaron, ante las risas cómplices del propio Cantó. La primera parte del apodo se la ganó el día que entró en un despacho reivindicándose con tono solemne y actuando “como un barón de cualquier partido mayoritario”. “Hasta el Rey le preguntó: ‘¿Pero tú qué haces aquí?”. La segunda parte la pusieron sus raíces: nació en Valencia en 1965.

"Se metió en la política para follar”, bromean sus compañeros de partido en presencia de Cantó. “Sí, para follarse al bipartidismo”  

En UPyD, que hoy celebra su quinto aniversario, el trabajo no riñe con la diversión, aunque todo el mundo toma sus precauciones con “la jefa”, Rosa Díez. A las diez de la mañana del mismo martes, antes de que las protestas del 25-S se acercaran al Congreso, El barón había sustituido sus habituales vaqueros apretados con bolsillos laterales por el traje gris, también ajustado. Era día de pleno. Estudiaba en su despacho los documentos para la primera comisión de la mañana, la de industria, cuando le interrumpió una asesora: “Diputado”. Sin levantar la cabeza del papel, arqueó las cejas a lo John Wayne y fijó la mirada en la puerta. Cantó está interpretando el papel de su vida.
Ya ha dejado de revolver las sábanas por las noches con esas pesadillas en las que se le olvidaba el guion o era incapaz de responder a una pregunta parlamentaria. En poco más de un año ha conseguido subirse al estrado del hemiciclo y articular un discurso suficientemente mediático como para convertirse en protagonista de un vídeo con más de un millón de visitas en YouTube. Siempre atizando a diestro y siniestro, las señas de identidad de su partido: “Optimizar la gestión de la Administración Pública en lugar de recortar derechos sociales, invertir en I+D”, resume. Sus claras cualidades oratorias, acompañadas de una cuidada gestualidad cultivada sobre las tablas, la tele y el cine, no le libran de los abucheos cada vez que sube a la palestra.
“Ayer propusimos desde dentro [del hemiciclo] las mismas cosas que la gente que estaba fuera”, explicó al día siguiente en referencia al 25-S. “Quitar privilegios a los políticos y que los niños no paguen por llevar el tupper”. Eso le costó otro griterío desde todas las bancadas: “¡Demagogo!, ¡populista!”. Pero en el verdadero termómetro de la popularidad va escalando marcadores.Cuando Toni Cantó solo era actor tenía 15.000 seguidores en Twitter. Ahora, infiltrado en el Congreso y tuiteando cuanto se le ocurre, va por cerca de 76.000 (frente a los 32 seguidores de Díez en Face­book; su cuenta en Twitter ya no está operativa).

Fuego amigo

Cantó soporta con buen humor las bromas de su propio equipo de UPyD, que fue capaz de meterle fotos pornográficas en la carpeta que tenía que usar en una sesión parlamentaria: “La cerré de golpe, casi me da algo de pensar que alguno de los diputados que tengo detrás lo hubieran visto. ¡Qué vergüenza! Panda de hijos de puta…”, se ríe.

Cantó soporta con buen humor las bromas de su propio equipo de UPyD, que fue capaz de meterle fotos pornográficas en la carpeta que tenía que usar en una sesión parlamentaria: “La cerré de golpe, casi me da algo de pensar que alguno de los diputados que tengo detrás lo hubieran visto. ¡Qué vergüenza! Panda de hijos de puta…”, se ríe.
Puede que no sean 7 vidas, como la serie de Telecinco que protagonizó, pero a sus 47 años ha tenido ya unas cuantas, con más y menos fortuna. Cuatro mujeres (tres actrices y una terapeuta), un matrimonio y un divorcio (al año y medio), tres hijos (uno por cada una de las tres primeras parejas) y la pérdida de la mayor, Carlota, a los 18 años en un accidente de coche en 2011, cuando su relación con ella empezaba a normalizarse pese a no haber reconocido su paternidad inicialmente. Hoy forma parte de la comisión de Seguridad Vial y pelea desde su escaño por la custodia compartida, aun a costa de ser acusado de “maltratador” por algunas de las integrantes de la comisión de igualdad, donde es el único varón (con v). Además, trata de conciliar el trabajo con los fines de semana alternos que le tocan sus dos niños (de nueve y seis años): “Intento, con mucha paciencia, que ellas [sus ex] se pongan de acuerdo para que coin­cidan ambos”.
El barón de la Albufera reconoce que le gusta mucho su nuevo papel. Se le ve algo deslumbrado, pero cuando escucha esa palabra frunce el ceño y usa de nuevo las potentes cejas que enmarcan su expresión. Pero luego derrocha sin complejos el optimismo ingenuo del político virgen: “He descubierto colectivos muy interesantes, estoy aprendiendo muchas cosas, hay multitud de buenísimos expertos en las disciplinas más variadas a los que nadie les pregunta ni les escucha, trato de buscar rendijas para sacar adelante iniciativas con otros grupos porque solos es imposible, yo soy optimista”.
Fue esa misma actitud la que le llevó a meterse en una plataforma ciudadana para parar un campo de golf y una urbanización de chalets prevista en un parque natural de Torrelodones. Y tras eso, montar un partido (Vecinos por Torrelodones) que abandonaría para afiliarse a UPyD, donde nada más llegar ofreció, sin complejos, su cara bonita para la campaña, ganó las primarias y se sacó un escaño por Valencia con 84.000 votos. Ese mismo optimismo, acompañado de una demostrada capacidad de trabajo, le lleva incluso a pensar que quizá pueda hacer algún bolo en el teatro “alguno de estos fines de semana”. Todo sea que no haya más recuerdos borrados de su memoria.



Hablando de "memoria"... Siento curiosidad por saber si Patricia Ortega Dolz tiene alguna relación familiar con el fallecido fundador de EL PAÍS, José Ortega Spottorno (hijo de José Ortega y Gasset). Resulta que el fundador (junto a Polanco) de EL PAÍS murió en 2002, y Patricia Ortega entró como reportera de EL PAÍS (a sus tempranos 24 añitos) en 2000. Es sólo una conjetura sin confirmar, pero daría para un mote gracioso y cariñoso aunque probablemente gratuito (de los que le encanta difundir a "Paty"-como le gusta que la llamen-, o sea, entre nosotros, a Paty la pata), así que lo lanzo de todos modos aquí, entre amigos...: 'La Metedura de Pata de EL PAÍS'. A que mola. Y que ella se tome la molestia de desmentirlo sin me equivoco y si le apetece. ¿Le apetecerá a Toni Cantó responder a sus memeces? ¿Le dará EL PAÍS pie a ello? Hala, a tomárselo con humor, patita.

4 comentarios:

  1. Excelente análisis. Una vez más, descubres a estos miserables ejerciendo lo que mejor saben hacer: engañar. Qué profesionales, oye.

    ResponderEliminar
  2. Te rebajas a su nivel...

    ResponderEliminar
  3. 1. Ciertamente, me rebajo a su nivel. Sin problema. Donde las dan, las toman.
    2. Respecto a mi interés por saber si guarda relación con el señor Ortega Spottorno, lo reitero.

    ResponderEliminar
  4. http://ccaa.elpais.com/ccaa/2014/11/21/madrid/1416598423_070650.html
    Difamaciones de Patricia contra Alfonso Fernandez

    ResponderEliminar