martes, 4 de octubre de 2011

Juicio a Serrano (2ª sesión): "La madre" tira la piedra, se contradice y esconde la mano

Rosario Isabel Hinojosa Picón. Pediatra sevillana que ha llevado al juez Serrano ante el TSJA


Durante la primera sesión del juicio, iniciado ayer, 3 de octubre (pincha), el presidente del tribunal llamó la atención repetidamente al abogado de la acusación, Íñigo Moreno Lara. Lo mismo ha sucedido hoy. El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y ponente en esta causa, Lorenzo del Río, ha recriminado a Moreno Lara que hiciera constantes afirmaciones y acusaciones "subrepticias" en lugar de hacer preguntas en un turno que está establecido para eso exactamente.
Pero la acusación ha ido aún más allá... Rosario Isabel Hinojosa Picón (en la fotografía de arriba), conocida a través de la prensa como "la madre" (pediatra de profesión), ha hecho unas afirmaciones para acusar a Serrano (y al padre del niño) y, de un modo inexplicable, ha renunciado a hacer las preguntas oportunas al testigo oportuno para probar esas acusaciones... Ha tirado la piedra y ha escondido la mano... Probablemente ha hecho esto último porque ha caído en contradicciones (contradicciones no recogidas por la prensa de hoy pero sí por asistentes al juicio como Luz Camacho, a quien agradezco su crónica de hoy publicada en facebook y que he añadido esta tarde en un comentario al post sobre la sesión de ayer).

"La madre" ha afirmado hoy que su hijo no tenía ilusión por ir a la procesión con la cofradía de "El Silencio", sino más bien con la de "Los Estudiantes", de modo que sería en realidad el padre quien quería que el niño saliera con aquella cofradía. Sin embargo (y ésta es la contradicción), reconoció implícitamente que no pensaba llevarlo a procesionar con ninguna cofradía cuando dijo que ella había planeado llevar a su hijo a la playa los días de Semana Santa que le correspondían (...), remachando que nadie podía hacerle cambiar sus planes vacacionales de golpe (la acusación llegó a decir que no tenían constancia de que el niño estaba inscrito para procesionar con "El Silencio", cuando se da la circunstancia de que ya había salido de procesión con esa cofradía el año anterior)... Estas contradicciones evidencian que, aunque ella lo niegue, su intención era incumplir la sentencia de medidas provisionales del Juzgado de Violencia contra la Mujer número 4 que establece que "se respetará la voluntad del niño de salir en estación de penitencia"
Se puede pensar que pudiera haber alguna clase de malentendido, y que el niño no quisiera realmente ir de procesión este año con "El Silencio", y acaso tampoco con "Los Estudiantes", o quizá con éstos sí, y que esto no fuera incompatible con la playa... Bien, es fácil resolver las dudas. Basta con preguntarle al menor cuál era su deseo y cuáles eran sus temores, si los tenía. Pero, inexplicablemente, la acusación ha renunciado a la comparecencia del menor que tenía prevista y solicitada. Es decir: han tirado la piedra, se han contradicho y han escondido la mano. Evidentemente, esa no es la manera de probar una acusación a Serrano... que es lo que se supone que desean hacer en este juicio, ¿no? ¿Qué sentido tiene entonces la renuncia a ese testigo? El que he dicho.


Pero la madre ha ido todavía más lejos. Ha expresado haber tenido una vivencia angustiosa, de terror, durante el día que el menor permaneció con su padre tras la medida dictada por Serrano, pues dijo no saber dónde estaba su hijo y que tuvo que enterarse por la prensa... Además, acusó a Serrano de menospreciarla "por ser mujer" (ahí se le ve el plumero con exactitud y ya se imagina uno de qué pie cojea esta señora). Pues bien, no sólo se ha manifestado en las sesiones del juicio que el padre comunicó a su exsuegra dónde estaba el niño cuando entregó a su hermano (¿alguien puede creer que la exsuegra no se lo preguntase al padre en ese momento?, lo que elimina toda posibilidad de que la madre no supiera el paradero de su hijo), sino que pudiera ser que la cosa sea realmente grave. En la sesión de hoy se ha hablado de un correo electrónico, aunque la prensa no lo menciona, a través del cual sale a escena una abogada (la última de una serie de abogados que han ido renunciando a representar a la señora Hinojosa) que renunció a llevar el caso por considerar que esta "madre" no deseaba ningún acuerdo, sino solamente el conflicto... Y parece ser que esta abogada sí tenía en su poder la notificación de las medidas dictadas por Serrano (cuya remisión urgente era, en todo caso, responsabilidad de la secretaria judicial adscrita, y nunca del juez Serrano, como pretende la acusación). Esta abogada es del mismo bufete que el actual abogado de la acusación (Íñigo Moreno Lara). Ya veremos, si esto se confirma así, las consecuencias que ello pudiera tener a la hora de valorar el testimonio dado por "la madre" y las acusaciones que se han hecho en sede judicial. 
Cuando se tira la piedra y se cae en contradicciones no siempre es posible esconder la mano.



Empecemos el repaso periodístico acerca de esta sesión del juicio con la versión contada por EL PAÍS (ese periódico convertido en papelón...). Luego, Europa Press. Finalmente, EFE.



ELPAIS.com  Sociedad

La mujer que acusa al juez Serrano dice que sintió "terror"

La madre del menor alega que se le informó con un día de retraso

V. CORTÉS - Granada - 05/10/2011


La madre del menor a la que el juez de Familia de Sevilla Francisco Serrano modificó el régimen de visitas prolongando un día la estancia con el padre para garantizar que el niño saliera en una procesión de la Madrugá de 2010 dijo ayer que sintió "terror" al no saber dónde estaba su hijo. Según declaró, conoció por la prensa y un día después de que le tuviera que haber sido entregado el niño, la resolución del juez. "Fueron horas de muchísima angustia", relató la mujer, que se siente "indignada, atemorizada e indefensa" por lo ocurrido.
Su declaración como testigo se produjo en la segunda sesión de la vista oral que se celebra en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) contra el juez Serrano acusado de un delito de prevaricación dolosa. La Fiscalía pide 10 años de inhabilitación para el juez y una multa de 5.400 euros. El juicio acaba hoy.
La mujer aseguró que se sintió "muerta civilmente" tras conocer la resolución unilateral del juez -que no consultó a los progenitores- y pese a las medidas que sobre la custodia ya había adoptado el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 4 de Sevilla que seguía el procedimiento de divorcio. "Él no me conocía a mí, ni mi divorcio. Se jactaba de que no hacía falta ni escucharme. ¿Por qué? ¿Porque soy mujer, porque soy víctima de violencia de género?", se preguntó.
La madre del menor, que aunque estaba citado no declaró tras renunciar la defensa, mostró su indignación por no haber sido consultada y defendió que había preguntado por correo electrónico a través de su abogada información sobre la procesión para saber quién se iba a responsabilizar de su hijo de 11 años durante esas horas, ya que entonces no estaba permitido a las mujeres participar en la cofradía de El Silencio. "No era pedir la luna", abundó.
El juez esgrime el "interés del menor" para justificar su decisión, adoptada por su juzgado dadas las "fechas anómalas", en Semana Santa, y la "urgencia" de la resolución para garantizar que el menor cumpliera su deseo. Escuchó lo que le tenía que decir el menor, que la mañana del Martes Santo llegó acompañado de su abuelo a su juzgado, y después le dijo que tenía que dirigir un escrito al decanato, algo que se encargó de elaborar un letrado que no era el que había llevado el divorcio del padre.
La secretaria del juzgado y varios funcionarios declararon también ayer y achacaron a un error, como dijo el juez, el número de registro que recibió el caso en un primer momento. Ya en el decanato, al que se dirigió el escrito, una funcionaria aseguró que fue el letrado Joaquín Moeckel -que no es el abogado que acompañó al abuelo pero sí era el que llevaba el divorcio del padre- el que lo entregó y dijo que el asunto "tenía que ir al Juzgado de Familia número 7". Y contó que ya se había hablado ese tema con el juez decano, al que de hecho admitió haber llamado el propio Serrano.
Ante esas circunstancias y puesto que había habido una declaración antes, la funcionaria le pidió a Moeckel que él mismo apuntara en el escrito el número de identificación y escribió también el número 7 (del juzgado). El caso regresó al despacho de Serrano quien adoptó la medida.
Tanto el acusado como Moeckel, que declaró como testigo el primer día, negaron la existencia de una amistad entre ambos. El letrado asistió en un caso al juez, aunque ahora su defensa la ejerce Miguel García-Diéguez. El acusado aseguró que no tenía conocimiento previo del proceso y justificó que llegara a él por tener fama su juzgado de "puertas abiertas". La madre, por su parte, mantiene que Moeckel es "amigo" del juez y que ella sufre la "maquinaria" que su marido puso en marcha para "dejarla aplastada e indefensa" valiéndose de las gestiones de su abogado y las de éste con el juez Serrano.
También declaró una fiscal que recomendó a Serrano atender la demanda del menor si lo así lo manifestaba, si bien ella no intervino en la decisión. En la sesión de ayer, el presidente del tribunal, Lorenzo del Río, llamó insistentemente la atención al letrado de la acusación particular y en alguna ocasión a la defensa, cuando ambos protagonizaron una discusión en la sala.
La madre ha lamentado el trato "vejatorio" que, según ella, sufrió en los medios de comunicación cuando ocurrieron los hechos.

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/andalucia/mujer/acusa/juez/Serrano/dice/sintio/terror/elpepusoc/20111005elpand_5/Tes



Acusa al magistrado de haber "quitado" a su hijo

La madre del menor que denunció al juez Serrano declara que sintió "terror"

Critica la actuación del magistrado de Familia, al que acusa de haberle "quitado" a su hijo

   GRANADA, 4 Oct. (EUROPA PRESS) -

La madre del menor al que el juez de Sevilla Francisco Serrano amplió el turno de custodia para el padre con el objetivo de que el niño pudiera asistir como paje en una cofradía de 'La Madrugá' sevillana ha afirmado este martes, ante la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que enjuicia al magistrado por supuesta prevaricación, que la situación le causó "terror" y "horas de muchísima angustia".
   De hecho, según ha relatado, en lo que ha sido la segunda jornada de la vista oral, se enteró por la prensa de que su hijo estaba bajo la custodia de su padre para salir en la Cofradía del Silencio, la madrugada del Jueves Santo, pese a que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 4 de Sevilla había dictado un auto de medidas provisionales que establecía para aquella Semana Santa del año 2010 que ese día tenía que estar con la madre.
   Por esa razón, ha dicho no entender cómo el juez Serrano, titular del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, pudo modificar esas medidas y ampliar el turno de custodia para el padre del niño sin siquiera consultar a alguno de los dos progenitores. "El no me conocía a mí, ni conocía mi divorcio. Encima se jactaba de mí. ¿Por qué? ¿Porque soy mujer, porque soy víctima de violencia de género? Sólo tenía que haberme llamado", ha indicado la mujer, que fue quien interpuso la querella contra el magistrado.
   Se ha quejado en ese sentido de que el juez de Familia le denegase ser oída cuando se personó en el Juzgado el Lunes de Pascua, cuando le comunicaron que le habían modificado el turno de custodia. "Es decir, que me quitaron a mi hijo, y para hacerlo [el juez] me tuvo que quitar la tutela, que es lo más fuerte que se le puede hacer a una madre".
   La madre ha asegurado que su hijo no tenía "ilusión" en procesionar en la Cofradía del Silencio, sino que la "ilusión" era más bien del padre. La noticia de que iba a salir como paje la tuvo la madre pocos días antes de la Semana Santa, razón por la que afirma que remitió un email al despacho de abogados de su ya exmarido para preguntarle acerca de quién se iba a responsabilizar del menor durante las horas en las que se prolongara la procesión, algo que considera "no era pedir la luna". La respuesta fue "ofensiva", según ha mantenido la denunciante, que ha lamentado la "maquinaria" puesta en marcha por su expareja para "aplastarla".
   En ese sentido, ha relatado que cuando el Miércoles Santo el padre fue a llevar a su casa a su otro hijo menor y no entregó a su hermano, comenzaron "horas de muchísima angustia", que le llevaron incluso a avisar a la Policía. "Yo no sabía dónde estaba e incluso llamé a mi exmarido, a su padre y a su abogado y nadie me contestaba", ha incidido la mujer, que asegura que llegó a temer por su vida y por sus hijos.
"EL NIÑO ERA UNA PILTRAFA"
   Cuando el padre se lo devolvió, el Viernes Santo por la mañana, el niño, ha dicho, "era un trapito, una piltrafa", por la situación de "angustia" y la "presión" a la que se le había sometido. "No era capaz de articular palabra, y su cabeza era una olla exprés a punto de explotar", ha apostillado la madre, que a continuación llevó al menor a Urgencias para que fuera tratado en Psicología. "No hay derecho. Como madre me sentí impotente", ha afirmado la querellante, que es pediatra de profesión.
   Además, después de dormir 24 horas seguidas, el niño se mantuvo "ensimismado" ese fin de semana, "en las nubes", ha concretado la madre, que ha reconocido que la situación le hizo sentirse "muerta civilmente", puesto que la "garantía" que suponía el auto de medidas provisionales dictado inicialmente no era ya tal, después de que otro juez lo hubiera modificado sin consultarle.
   La denunciante, para la que su abogado ha pedido "respeto" en la Sala ante algunas "risas del público" mientras declaraba, ha censurado el trato "vejatorio" que dice que sufrió en los medios de comunicación y de las consecuencias de la publicación de la noticia para su hijo, al que comenzó a conocérsele como "el niño cofrade", "gracias al juez Serrano". "Toda la maquinaria de la prensa se proyectó contra mí", ha considerado.
   Durante la sesión de este martes han declarado otros seis testigos, entre ellos la secretaria y las funcionarias del Juzgado de Familia 7, que han explicado las razones técnicas de por qué el caso recibió un número de registro erróneo en un primer lugar; la fiscal que consultó el propio magistrado, que ha afirmado que le recomendó atender la demanda del menor al que el juez había oído cuando fue a visitarlo junto a su abuelo el 30 de marzo de 2010; y una funcionaria del Decanato, que ha asegurado que un conocido abogado, que era el letrado del padre del menor, fue el que le dijo, al llevar la documentación sobre este asunto, que el tema tenía que ir a parar al de Familia 7. La acusación particular, que había propuesto como testigo al menor, ha renunciado finalmente a su comparecencia.
   Durante el transcurso de la vista, el presidente del tribunal, que es el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, ha tenido que llamarle la atención nuevamente, como ya hiciera este lunes, al letrado que representa a la acusación particular, a quien ha pedido concreción en sus preguntas y ha animado a evitar los adjetivos y las valoraciones. "No sea subrepticio en las preguntas. Se lo pido por favor", ha llegado a decir Del Río, que además, en otro momento, ha afirmado: "Yo también me estoy aguantando muchas cosas, pero tenemos la obligación de contenernos".
   El juicio terminará este miércoles con las conclusiones y los informes finales de las partes implicadas, quedando visto para sentencia. El juez Serrano se enfrenta a una petición de la Fiscalía de diez años de inhabilitación y el pago de una multa de 5.400 euros, mientras que la acusación particular, que ejerce la madre del menor, solicita 20 años de inhabilitación y 14.400 euros de multa, así como el pago de una indemnización de 60.000 euros a la madre; de 100.000 euros al menor, y de 12.000 euros al otro hijo menor de la querellante.

Granada, 4 oct (EFE).- La madre que ha sentado en el banquillo al juez de Familia sevillano Francisco Serrano por prorrogar el régimen de visitas de un niño de 11 años para que pudiera participar en una procesión de Semana Santa ha declarado hoy que sintió "terror" y que le "quitaban" a su hijo al percatarse del alcance de esta medida.
La progenitora, que ejerce la acusación particular en la causa por la que se juzga desde ayer al juez, ha comparecido como testigo en la vista oral que se celebra en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), con sede en Granada, donde ha dicho que se siente "indignada, atemorizada e indefensa" por lo ocurrido.
La madre, divorciada del padre del menor, ha asegurado que se sintió "muerta civilmente" tras conocer que el juez Serrano había decidido unilateralmente sobre la tutela y custodia de su hijo, pese a que el régimen de visitas ya había sido fijado por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 4 a través de unas medidas provisionales.
La madre ha explicado que los días previos a la procesión de El Silencio, en la madrugada del Viernes Santo, no pudo contactar con su hijo y que, pese a que a partir del Jueves Santo al menor le correspondía estar con ella, no supo, hasta que se enteró a través de la prensa, que el juez Serrano había decidido prorrogar el régimen de visitas del niño con su padre.
"Ese juez no me conocía de nada, no conocía mi divorcio y encima se jactaba de que a mí no hacía falta ni escucharme porque soy mujer y víctima de violencia de género", ha dicho la querellante, quien ha asegurado sentirse "machacada" y haber recibido un "trato vejatorio" en todo este proceso.
Ha señalado que cuando Serrano modificó el régimen de visitas el pasado 30 de marzo de 2010 únicamente se guió por la postura de la familia paterna y de un conocido abogado "cliente y amigo".
En este sentido, se ha referido a la "maquinaria" que a su juicio "puso en marcha su exmarido para "dejarla aplastada" e "indefensa" a partir de las gestiones que inició a través de su letrado y de las de éste último con el juez Serrano.
La progenitora ha querido aclarar asimismo que ella no se oponía a que el niño fuera a esa procesión, sino que quería tener "garantías" de cómo ésta se producía, dado que, además, entonces esa cofradía no permitía a las mujeres participar en la procesión.
En cualquier caso, ha asegurado que el niño quería salir más bien con Los Estudiantes y que el hecho de participar en el desfile de El Silencio en la "Madrugá" respondía a los deseos de su padre.
También ha lamentado la "presión" que todo este proceso supuso para el menor, quien tras la procesión sufrió "agotamiento físico y psíquico" por el que incluso fue tratado en un hospital.
Durante la vista, en la que el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, ha tenido que pedir en varias ocasiones al abogado de la acusación particular que preguntara sin introducir calificativos, han declarado además varias funcionarias, una secretaria judicial, una fiscal y un abogado.
Aunque estaba previsto que también declarara el menor, finalmente la parte que lo había propuesto ha rechazado esta comparecencia, por lo que está previsto que el juicio continúe mañana con los informes finales y las conclusiones definitivas de las partes.

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