El diario EL PAÍS se comporta como un macarra periodístico en el conflicto que enfrenta a la magistrada 'progresista' Clara Martínez de Careaga con Carlos Lesmes, presidente del Poder judicial. La escena tiene lugar en los bajos fondos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y el motivo de la disputa es el control del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ. Ese Observatorio es el centro de operaciones desde el que se justifican con datos e informes todas las políticas relacionadas con la violencia de género. Quien controla esos fogones, controla la cocina de este inmenso negocio.
El observatorio de violencia de género abre otra brecha en el Poder Judicial
La designación de Carmona, conservadora, para dirigir el organismo provoca nuevos roces
José Antonio Hernández.
Madrid,
9 MAR 2014
Los roces entre un amplio sector del grupo progresista y el presidente del Poder judicial,
Carlos Lesmes, crecen por días. Lo último ha sido la designación de
María Ángeles Carmona (conservadora) como presidenta del Observatorio
contra la Violencia de Género.
Un cargo que, según distintas fuentes del sector progresista,
legalmente (artículo 610.5 de la Ley Orgánica del Poder Judicial) debe
recaer en la presidenta de la Comisión de Igualdad. Este cargo lo ocupa
la magistrada del Tribunal Supremo Clara Martínez de Careaga, a quien
Lesmes “prometió” este puesto el pasado 9 de enero, en la antesala de la
constitución de las comisiones.
La de Igualdad, la minicomisión del Consejo, es la única en
manos del sector progresista (Martínez de Careaga y los vocales Rafael
Mozo y Pilar Sepúlveda). Al entregarle el Observatorio a Carmona, a
Igualdad se le cercenan la mitad de sus competencias legales, lamentan
fuentes progresistas. Lesmes
y Martínez de Careaga mantuvieron una tensa conversación hace unos
días, cuando ella supo por el propio Lesmes su intención de nombrar a
Carmona como presidenta del Observatorio. Según las citadas fuentes, la
explicación de Lesmes sobre este nombramiento fue que Carmona había ido
al Consejo para hacerse cargo del Observatorio, y que los vocales (“se
referirá a los conservadores”, le espetan) entienden que es la persona
adecuada porque desde 2009 coordina como cargo estatal la violencia de
género en Andalucía desde la Delegación del Gobierno; y aun admitiendo
que se lo había prometido, Lesmes se justificó: “Me lo he pensado
mejor”. “Eso es hacer trampas y faltar a la palabra”, le reprochan al
presidente.
En este cruces de reproches, y al borde de unir sus firmas seis
vocales progresistas para exigir un pleno extraordinario en el que pedir
explicaciones, el sector progresista se pregunta del lado de quién
están dos de sus ocho miembros: les llaman “los acomodados”, y
pertenecen a la todopoderosa Comisión Permanante, que preside Carlos
Lesmes. Se trata del exdiputado socialista Álvaro Cuesta, quien, según
fuentes del Consejo, pidió a Lesmes estar en la Permanente por razones
económicas (al tener exclusividad, dispone de coche oficial y de unos
6.000 euros de sueldo); y Mar Cabrejas, vocal de confianza del diputado
del PSOE Antonio Camacho.
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